Le vestige s'est échappé
et le fond est resté vide,
vaincu, coupé,
sans défense, mortel.
L'habilitation s'est remplie des présences, alguién une parole en retombant dans mes
oreilles et il est proche.
Il me fait inévitable:
éternel ?,
je ne le sais pas, mais il semble connaître je sans fin: mon éternité ?
latent.
Je suis morte et je n'ai personne
trouvé c
apable de lever mon voile obscur, je n'ai trouvé personne
qui me remémore,
qui savoir à que j'étais venu.
Le détachement crée
la tradition immaculée,
elle de recommencer à être constamment
cela qui m'inspire.
lunes, 16 de febrero de 2009
lunes, 26 de enero de 2009
en la Mecedora de Madera.
Entonces dices que me escuchas,
Y cómo sé que tus manos
sostienen mi cintura,
si aún sintiendo
el roce de tus dedos
me siento Intacta.
¿Qué será?,
y no hay eco.
Se suceden raramente las fusiones.
He añorado tanto pertenecerte
que no sé
si aún luego
estaré sentada en la mecedora de madera.
Y no interrumpas,
no cortes esa flor,
ya tiraste mi castillito de cartas,
¿Ahora qué voy a hacer yo?,
supe entonces tu respuesta
y entendí lo mucho
que me habías querido.
Repetiste yo, yo,
solo cinco veces…
Romina Carbonetti
Y cómo sé que tus manos
sostienen mi cintura,
si aún sintiendo
el roce de tus dedos
me siento Intacta.
¿Qué será?,
y no hay eco.
Se suceden raramente las fusiones.
He añorado tanto pertenecerte
que no sé
si aún luego
estaré sentada en la mecedora de madera.
Y no interrumpas,
no cortes esa flor,
ya tiraste mi castillito de cartas,
¿Ahora qué voy a hacer yo?,
supe entonces tu respuesta
y entendí lo mucho
que me habías querido.
Repetiste yo, yo,
solo cinco veces…
Romina Carbonetti
Con este poema participo en el primer Concurso de Poesía de Heptagrama
jueves, 30 de octubre de 2008
y ellos siguen soñando...
Algo de brillo
atraviesa lo celeste que
cubre todo el
intervalo atmosférico.
Me cubro con montones de
seres que surcan mi terreno
y a veces giran a mirarme,
a mirarse.
Doy vueltas alrededor
de cada perecedora existencia
y me duermo sobre el
árbol de la vida.
Les sujeto las manos
y ni siquiera huyen,
no saben que estoy ahí,
en ellos, sobre ellos...
El celeste está tan pálido
que es casi blanco.
Yo sigo hurgando
y ellos siguen soñando.
atraviesa lo celeste que
cubre todo el
intervalo atmosférico.
Me cubro con montones de
seres que surcan mi terreno
y a veces giran a mirarme,
a mirarse.
Doy vueltas alrededor
de cada perecedora existencia
y me duermo sobre el
árbol de la vida.
Les sujeto las manos
y ni siquiera huyen,
no saben que estoy ahí,
en ellos, sobre ellos...
El celeste está tan pálido
que es casi blanco.
Yo sigo hurgando
y ellos siguen soñando.
...
No te culpo por herirme,
te culpo por no poder perdonarme.
¿Qué te hace pensar que no te quiero?,
tu propia duda sobre vos mismo o mi
indiferencia constante.
No sé que hacer para retenerte,
porque que estés tan quiero cerca de mí,
no te deja mas que quieto.
Quiero quedarme pero no sé
como preguntarte, cómo.
te culpo por no poder perdonarme.
¿Qué te hace pensar que no te quiero?,
tu propia duda sobre vos mismo o mi
indiferencia constante.
No sé que hacer para retenerte,
porque que estés tan quiero cerca de mí,
no te deja mas que quieto.
Quiero quedarme pero no sé
como preguntarte, cómo.
Para volver a mirarte.
Estoy aquí mirándote
sin verte,
para volver a mirarte
y ver.
Ver el esplendor
haciéndose aún mas
agudo,
aún mas profundo.
Siento tu respiración,
cada órgano de tu cuerpo
funcionando al ritmo constante
del universo.
Siento tu dolor sublime,
tu pregunta muda,
tu no existencia, tu cansancio
eterno.
Y tu sonido fluorescente
me hace temblar...
Caigo de rodillas en tu torrente
y me desnudo.
sin verte,
para volver a mirarte
y ver.
Ver el esplendor
haciéndose aún mas
agudo,
aún mas profundo.
Siento tu respiración,
cada órgano de tu cuerpo
funcionando al ritmo constante
del universo.
Siento tu dolor sublime,
tu pregunta muda,
tu no existencia, tu cansancio
eterno.
Y tu sonido fluorescente
me hace temblar...
Caigo de rodillas en tu torrente
y me desnudo.
La Plaza con la Fuente.
El movimiento serpenteante
e ilustrativo,
la agitación temporal,
la vividez inextinguible
de las palomas
al bajar a la tierra
rozando mi cabeza.
La luz, translúcida, ecuánime,
el agua saltando a chorros desde la fuente.
La extraña levedad de la existencia
vuelve mis sueños mas increíbles
en realidad.
Es junio, respiro tanta paz
sentada frente a la fuente,
una paz diferente,
llena de todo,
en todo el instante.
Mis campos pasados
y actuales se juntan,
pero no hay diferencia.
Casi no hay diferencia
entre yo y el mundo.
e ilustrativo,
la agitación temporal,
la vividez inextinguible
de las palomas
al bajar a la tierra
rozando mi cabeza.
La luz, translúcida, ecuánime,
el agua saltando a chorros desde la fuente.
La extraña levedad de la existencia
vuelve mis sueños mas increíbles
en realidad.
Es junio, respiro tanta paz
sentada frente a la fuente,
una paz diferente,
llena de todo,
en todo el instante.
Mis campos pasados
y actuales se juntan,
pero no hay diferencia.
Casi no hay diferencia
entre yo y el mundo.
Es húmedo el espacio.
Escucho en el
silencio raro,
escucho imperceptibles
muestras de amor extraño.
Te extraño.
Me siento a oir
tibiamente la elevación
de tu tono, de tus
manos, de tu
corazón.
Al unísono
ocurres y yo
me desenvuelvo,
me delato
y también renuncio.
Es húmedo el espacio,
me asfixia,
me incluye pero
me quita la
respiración.
Me dejas sin aire
y el aliento cognitivo
de mi desesperación
se vuelve inútil,
volátil.
El silencio se esparce
en tus ruidos
y tu ausencia
impuesta
me añade
miles de abandonos
contínuos.
silencio raro,
escucho imperceptibles
muestras de amor extraño.
Te extraño.
Me siento a oir
tibiamente la elevación
de tu tono, de tus
manos, de tu
corazón.
Al unísono
ocurres y yo
me desenvuelvo,
me delato
y también renuncio.
Es húmedo el espacio,
me asfixia,
me incluye pero
me quita la
respiración.
Me dejas sin aire
y el aliento cognitivo
de mi desesperación
se vuelve inútil,
volátil.
El silencio se esparce
en tus ruidos
y tu ausencia
impuesta
me añade
miles de abandonos
contínuos.
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