El movimiento serpenteante
e ilustrativo,
la agitación temporal,
la vividez inextinguible
de las palomas
al bajar a la tierra
rozando mi cabeza.
La luz, translúcida, ecuánime,
el agua saltando a chorros desde la fuente.
La extraña levedad de la existencia
vuelve mis sueños mas increíbles
en realidad.
Es junio, respiro tanta paz
sentada frente a la fuente,
una paz diferente,
llena de todo,
en todo el instante.
Mis campos pasados
y actuales se juntan,
pero no hay diferencia.
Casi no hay diferencia
entre yo y el mundo.
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